DILO

Fomentar el pensamiento crítico y empoderar a la juventud ecuatoriana a través del debate competitivo—a esto nos dedicamos en DILO. Nuestro trabajo se divide en tres partes: realizar talleres en diversos colegios para enseñar a debatir, crear clubes autónomos y manejados netamente por estudiantes en cada institución que visitamos, y organizar torneos regionales y nacionales para que los estudiantes pongan en práctica lo aprendido. Hemos alcanzado a 5000+ estudiantes de 25 colegios en 3 ciudades principales, 2 comunidades indígenas, y 2 sectores rurales. Nuestro equipo incluye los fundadores del debate competitivo en Ecuador, debatientes reconocidos a nivel internacional en Latinoamérica y Estados Unidos, individuos de casi todas las regiones del Ecuador, y estudiantes de una multitud de carreras (economía, leyes, matemática, psicopedagogía, entre otras). Juntos, estamos sumamente preparados y comprometidos a crear la primera liga nacional de debate intercolegial en nuestro país.
¿Cuál es el problema que están resolviendo?
Nuestro objetivo principal es mejorar el discurso nacional ante la ausencia de un pensamiento crítico. En primera instancia, varios temas (culturales, políticos, económicos, de religión, etc.) son considerados polémicos, lo cual hace que las personas eviten analizar o discutir por temor de agraviar a otros y desafiar sus prejuicios. Incluso, cuando no se trata de un tema controversial, el hecho de explicar posiciones a profundidad genera demasiados nervios en la mayoría (quizás porque no se han informado o porque prefieren quedarse en su zona de confort). Y en los pocos casos en los que se desarrolla un debate, el resultado muchas veces es agresión física o verbal, reacciones esperadas cuando una persona no sabe evaluar argumentos o aceptar nuevas perspectivas. Esto nace desde la educación que se recibe en el colegio. Los adolescentes aún no han desarrollado sus formas de ver el mundo, pero están en la edad apta para concientizarse sobre sus entornos. Sin embargo, los estudiantes por décadas han sido meros receptores de información, donde se premia al que memoriza más rápido o al que se quede en silencio. La educación actual ecuatoriana suele no ofrecer espacios para reflexionar y criticar, y muchas veces se vuelve más obligación que inspiración. Si esto no cambia, cuando estos adolescentes lleguen a ser adultos, esta rigidez institucional se convertirá en rigidez mental. Por otro lado, la falta de pensamiento crítico proviene de la dinámica tradicional del aula: el maestro, como la mayor autoridad y único dueño de la verdad, y el estudiante, alguien obediente y callado que tiene temor de equivocarse o peor aún saber más que el maestro. Este modelo tradicionalista nació en la necesidad de una sociedad que daba sus primeros pasos en la era industrial, donde necesitabas mano de obra y trabajadores sumisos. Como consecuencia, muchos adultos prefieren no cuestionar autoridades, y, si es que lo hacen, utilizan argumentos sin fundamentos o extremistas. El debate rompe estos paradigmas. Primero, porque precisa que el estudiante tome una posición sobre un tema controversial y que lo defienden con evidencia y lógica. Para la mayoría de nuestros estudiantes, esta es la primera vez que alguien les pide profundizar un tema académico, evaluar evidencia de varias fuentes, y formular una posición coherente y lógica. En una edad cuando etiquetas políticas todavía no rigen, el debate ayuda que los estudiantes aborden temas controversiales sin miedo de ofender y que formen sus opiniones de manera rigurosa y lógica. Segundo, el debate ayuda a que los jóvenes generen mayor empatía para distintos puntos de vista, lo que les permite tener la habilidad de resolver desacuerdos con mentes claras y abiertas. Cabe señalar, un debatiente no tiene la opción de seleccionar cual lado quiere defender en un debate, por ejemplo: sobre aborto, matrimonio igualitario, o migración. Al debatiente se le asigna el tema y posición que deben tomar sin previo aviso. En otras palabras, esta actividad exige que los estudiantes se informen, de varios temas y de varios lados de cada tema. Los estudiantes empiezan a ver la validez de otras perspectivas y empiezan a comprender posiciones que consideran hostiles (por supuesto, todo argumento debe ser coherente para ser considerado). Además de los temas abordados, la acción de debatir genera confianza, seguridad y autoestima en cada uno de los participantes. Durante un debate, los jóvenes se hacen dueños de su espacio y la discusión, y en el proceso se nivela la jerarquía tradicional de los colegios. Se requiere que el alumno salga de su zona de confort mental y que escuche y respete las opiniones de los otros competidores. Mejor aún, el debate tiene un alcance que se extiende a toda región, todo antecedente socioeconómico, y toda aspiración profesional. A fin de cuentas, lo único que se necesita para ganar un torneo de debate es una mente rápida y acceso a fuentes de información como periódicos, radio, o el internet. En los torneos, se propone temas relacionados a la política, ciencia, economía, tecnología, salud pública, sistema judicial, problemas sociales, e incluso agroindustria. Es decir, nuestras ambiciones e impacto no se limitan a una sola región, ni un cierto tipo de estudiante y ni siquiera a un idioma.
¿Qué impacto positivo tiene su proyecto en su comunidad? Expliquen de la forma más concreta posible cuál es su impacto social, ambiental y/o económico actual. (Max. 500 caracteres)
Con los talleres, hemos llegado a 5000+ estudiantes de 25 colegios, capacitado 500 completamente, y establecido 15 clubes autónomos. Además, hemos organizado un torneo nacional con 64 participantes de 9 colegios, proporcionado ~$3500 en ayuda financiera para los competidores, y otorgado una beca para estudiar inglés en una institución privada de lujo. Nuestras encuestas muestran que, a lo largo de 3 meses, los estudiantes se auto-califican como 20% más confiados en sus habilidades de oratoria.
¿Con cuál de las cuatro áreas temáticas de este desafío se vincula tu propuesta?
2- Educación - Educación de Calidad (ODS 4) / Trabajo Decente (ODS 8)
¿Qué hace que su proyecto sea innovador?
Creamos una dinámica pedagógica de aula que se diferencia casi totalmente a lo que nuestros estudiantes están acostumbrados, donde se toma en cuenta las necesidades e intereses sin olvidar los ritmos y estilos de aprendizaje. Adicionalmente, organizamos una serie de torneos que generan interés orgánico en competiciones más allá de los deportes, damos espacio para que los estudiantes mismos tengan experiencia tangible con el liderazgo, y logramos llegar a sectores sumamente privilegiados tanto como los más marginales. Primero que nada, DILO está promoviendo una nueva forma de enseñanza y aprendizaje. No nos enfocamos en charlas interminables ni consejos clichés. Dejamos que los estudiantes escojan los temas y que ellos se hagan líderes de la discusión. Pero mejor que nada, hemos desarrollado un enfoque educativo innovador atrayente a estos mismos estudiantes y docentes. ¿Cómo lo sabemos? Ninguna de nuestras actividades es obligatoria y los participantes saben que tendrán que recuperar lo que faltan a clases. Aún así, paralelos enteros asisten a los talleres, estudiantes de todas edades vienen para intentar dar discursos y explicar sus opiniones, y los docentes mismos se sorprenden del nivel de motivación por una actividad extraescolar. Aparte de la enseñanza, nuestros concursos establecen un interés orgánico que permanece cuando ya nos vamos. El simple hecho de poder participar activamente en una clase sobre temas cercanos a sus realidades es suficiente para hacerlos querer empezar a debatir, pero los torneos aseguran que esta motivación sobreviva al largo plazo. El hacer que los jóvenes tengan que exponer al frente de una audiencia y en un contexto competitivo incentiva que estos jóvenes lean y se informen sobre los temas. Vienen preparados a los torneos no porque les estamos vigilando (como se suele hacer para actividades académicas), sino porque realmente quieren tener éxito. Por otra parte, nuestro enfoque laissez-faire permite que los estudiantes desarrollen otra destreza fundamental para sus vidas: el liderazgo. Los clubes ven lo complejo que es organizar a jóvenes de distintas edades, cursos, e intereses. Luego ven lo importante que es entrenar para poder salir adelante en los torneos y lograr llegar como equipo. Aunque siempre estamos allí como asesores dando consejos constructivos, nunca intervenimos concretamente. Dejamos que los chicos desarrollen sus habilidades de resolución de problemas y manejo de personal. Finalmente, y quizás más importante, no nos limitamos a una cierta demográfica. Tenemos convenios con colegios particulares de lujo, colegios particulares promedios, colegios fiscales emblemáticos, colegios fiscales con alta necesidad, colegios en sectores rurales, e incluso colegios de comunidades indígenas. Trabajamos en las dos regiones principales del Ecuador, y próximamente en las dos que faltan también. A diferencia de la gran mayoría de organizaciones, nuestro trabaja no se limita a un cierto barrio ni a una cierta ciudad, y en lograr establecer esta red amplia estamos también promoviendo el intercambio de ideas. Este intercambio esta pasando entre estratos socioeconómicos, políticos, y regionales—algo que ayuda disminuir la radicalización y regionalismo de manera concreta (y a temprana edad).
Nombre y apellido representante del equipo
Jullian Duran
Equipo
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