Principalmente se trata de instaurar una política de pausas activas en cada una de las horas de clases dentro del currículo nacional, con la previa capacitación de los docentes para dicha actividad. ¿Qué lograremos? Reactivar a los estudiantes con métodos dinámicos y entretenidos, con el fin de mantenerlos atentos y sacarlos por unos minutos de la rutina clásica de enseñanza impartida en los establecimientos educacionales. Es una práctica que requiere poco tiempo y genera grandes resultados.